Autoexigencia: navegando entre la presión y el autocuidado
Escribir este artículo es muy significativo para mí, ya que he enfrentado personalmente los desafíos de la autoexigencia. Aprendí desde niña qué debía hacer y cómo comportarme. Hoy, como una adulta consciente y en proceso de sanación cada día, he liberado poco a poco el peso de mis expectativas, esas que me decían que nunca era suficiente.
Te compartiré mi experiencia personal y los métodos que he utilizado para desprenderme del ciclo agotador de autocrítica. Aprenderemos juntas a tomar conciencia de los patrones de autoexigencia y a aplicar consejos prácticos para superarlos de manera constructiva desde hoy mismo.
La autoexigencia en la sociedad moderna
En un mundo obsesionado con el rendimiento y la productividad, la autoexigencia se presenta como una moneda de doble cara. Nos anima a perseguir incansablemente la excelencia, prometiéndonos éxito y reconocimiento. Sin embargo, detrás de esta fachada de logros, encontramos un oscuro coste: el agotamiento físico y emocional, y una sensación constante de insatisfacción.
Vivimos en una sociedad que no tolera el error y aplaude la hiperactividad, donde decir «no llego, estoy hasta arriba» está bien visto. Es una sociedad sin pausas, que demanda inmediatez y prioriza la productividad sobre el autocuidado, contradiciendo nuestra propia naturaleza humana.
Es necesario un cambio de mentalidad, un nuevo paradigma donde reconozcamos que las cosas requieren su tiempo, al igual que observamos en la naturaleza misma. Es crucial tomar conciencia de esto para reconectar con nuestra verdadera esencia y liberarnos de este ciclo sin salida.
¿Existe la autoexigencia saludable?
Entendida como la fuerza que actúa como una motivación para el crecimiento personal y el logro de metas, equilibrando ambición con bienestar.
¿Qué pasa cuando se convierte en excesiva?
Conduce a presiones irreales, perfeccionismo paralizante y estrés, afectando negativamente la salud y el bienestar general.
¿Cómo identificar si soy autoexigente? Pon consciencia para sanar
- Reflexiona sobre cómo te sientes física y emocionalmente, si te sientes vital o definitivamente estás agotada.
- Analiza si tus planificaciones son alcanzables o si constantemente te sientes presionada por expectativas inalcanzables.
- Descubre si estás priorizando tus propias necesidades y bienestar en tu lista de responsabilidades diarias, o te dejas para el final.
- Examina si practicas decir “no” cuando es necesario, o siempre estás disponible y llegas a todo.
- Comprueba si habitualmente delegas y eliminas tareas no prioritarias para reducir la carga de trabajo, o acumulas una lista de tareas que crece cada día con actividades que procrastinas.
- Considera si reservas tiempo para simplemente no hacer nada, lo cual es crucial para recargar energías y mantener la claridad mental, o si encuentras difícil estar sin hacer nada en absoluto.
- Reflexiona sobre si tu ocupación diaria te lleva realmente hacia el crecimiento personal y profesional, o si más bien te mantiene ocupada, y calma esa voz que te quiere siempre en acción.
- Observa cómo te hablas, si eres autocompasiva o eres la primera en penalizarte cuando no realizas todo lo que está en tu agenda.
- Eres consciente de cómo se siente tu cuerpo, lo escuchas o realmente paras cuando estás agotada y no puedes más.
- Constantemente te comparas con los demás, lo que te lleva a añadir un escalón más a tu lista de metas, generando una fuente inagotable de insatisfacción, o simplemente te dejas en paz.
Es fundamental reconocer y respetar nuestros límites antes de que se conviertan en barreras infranqueables. Utilizar técnicas como la planificación realista, cultivar la paciencia, o decidir realmente en qué quiero invertir el tiempo puede ayudar a manejar la autoexigencia de manera constructiva. Esta toma de consciencia previene el agotamiento y promueve un equilibrio sostenible.
Si te has sentido identificada con los desafíos de la autoexigencia, te invitamos a solicitar una llamada de descubrimiento o contactarnos a través del formulario disponible en nuestra web. Estaré encantada de analizar tu situación junto a ti y explorar cómo nuestro programa de mentoría y coaching puede acompañarte a encontrar el equilibrio entre alcanzar tus metas y cuidar tu bienestar.
Mi caso personal
Reconociendo mi propia autoexigencia, he aprendido a sanar mediante prácticas como la escucha del cuerpo, la expresión emocional, el autoconocimiento y el autocuidado consciente. Desafié creencias limitantes sobre mi valía y capacidad, permitiéndome parar y priorizarme para poder avanzar verdaderamente. En este proceso de crecimiento personal, he desarrollado un sistema y estrategias para guiarte hacia el bienestar integral.
¿Te gustaría conocer algunas técnicas que puedes empezar a usar desde hoy mismo?
Autoobservación diaria
Dedica unos minutos cada día a estar en atención plena contigo misma para observar tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin juzgar. Esto te ayudará a tomar conciencia de tu diálogo interno y manejar mejor las situaciones exigentes.
Espacios de “no hacer nada” o "niksen"
Resérvate tiempo diariamente para relajarte sin ningún propósito específico o actividad en mente. Ejemplos/ sentarse en silencio, mirar por la ventana sin pensar en nada en particular, o simplemente descansar sin distracciones.
Autocuidado
Dedica al menos 5 minutos diarios para cuidarte, sin importar lo ocupado que esté tu día. Anótalo en tu agenda; lo que está escrito tiende a cumplirse más fácilmente.
Tareas "debería" vs. "quiero"
Reflexiona y transforma las tareas "debería" en actividades que realmente deseas hacer y que son importantes para ti.
Autocompasión
Practica la autocompasión tras actividades estresantes o al comenzar el día, ofreciéndote palabras de aliento y comprensión. Háblate como lo harías con un ser querido, recordando que no necesitas ser perfecta.
Celebración de logros
Reconoce y celebra cada logro, por pequeño que sea, con pequeños premios o momentos especiales.